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Casar de Cáceres

CASAR DE CÁCERES, en pleno llanos cacereños y delimitado geográficamente por los riberos del Almonte al este y su afluente el Guadiloba al sudeste, al norte por las tierras de Garrovillas de Alconétar y por los Llanos de Cáceres al sur. Enclavada junto a la Vía de la Plata, histórica vía de comunicación romana entre el sur y el norte peninsular, y paso de la Cañada Real Soriana Occidental, por donde los rebaños mesteños han venido trashumando siglo tras siglo.  La historia de Casar de Cáceres se ha ido moldeando siendo testigo del paso de diferentes culturas, conservando restos de poblaciones indígenas y vestigios de época romana (calzada romana y miliarios), llegando a tiempos de conquista cuando el Rey Sancho IV en 1291, concede a la población el privilegio de no adehesar a media legua alrededor del pueblo, consiguiendo así empezar a marcar su término municipal. Comenzará el desarrollo y expansión de Casar de Cáceres durante la Edad Moderna y Contemporánea dejando muestras sobre la arquitectura popular (Casa del Pósito) y de vanguardia (Estación de autobuses) y sobre el patrimonio histórico, religioso y cultural (Iglesia Nuestra Señora de la Asunción (BIC) y siete ermitas).

Llegar a Casar de Cáceres, es encontrarse con la cuna de la afamada Torta del Casar. Se puede conocer su proceso de elaboración en queserías de la localidad y el Museo del Queso Torta del Casar que contiene la sabiduría de este queso singular y el recuerdo de los trabajos domésticos tradicionales. Para saber más sobre la cultura pastoril y la trashumancia, es imprescindible realizar una visita al Centro de Interpretación de la Cañada Real Soriana Occidental Casa Pinotes ubicado en una antigua casa de labor, con un observatorio ornitológico perfectamente equipado para conocer y disfrutar de las aves del entorno.

Estación de autobuses Casar de Cáceres

¿QUÉ VISITAR?

Iglesia Nuestra Señora de la Asunción. Declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento en 1991, sus orígenes se remontan a finales del siglo XIII y comienzos del XIV. El crecimiento demográfico del pueblo exigió su ampliación en el año 1.505, dotándose al primer templo de una capilla mayor y una torre más amplia. Obra inconclusa, erigida con sillares graníticos por el afamado maestro cantero Pedro de Ibarra. A finales del siglo XVI, el Retablo Mayor de la iglesia, se encontraba bastante deteriorado, por lo que tuvo que ser restaurado. Este último se estructura en tres grandes lienzos y está dividido en siete calles que alojan esculturas y pinturas varias del pintor placentino Pedro de Córdoba.

Vía de la Plata. Es el resto más evidente de época romana en la localidad casareña, suponiendo una línea que vertebra longitudinalmente la población a través de la calle Larga, aunque esto es sólo una hipótesis bien fundada, por cuanto nunca se han realizado excavaciones arqueológicas que lo confirmen. Son interesantes los restos que pueden verse cerca de la población, como es el caso de la Retoña. Sin lugar a dudas, el mejor sitio para apreciar su trazado es junto a la casa del Berrueto, donde podremos caminar sobre ella, apreciando perfectamente su anchura y enlosado.

Miliarios. A lo largo de la calzada romana “Vía de la Plata” podemos encontrar aún hoy los restos de la antigua vía y los miliarios. Eran numerosos y jalonaban las calzadas a modo de mojones “millamétricos”, además de ofrecer información. Han desaparecido de sus lugares de origen siendo mudos testigos de las hazañas del imperio romano y de su colosal red de comunicaciones que unía los puntos importantes de las tierras colonizadas.

Casa del Pósito. Obra construida en la segunda mitad del siglo XVI. Rodrigo Pérez ”El Arcediano”, dejó en su testamento la manda de dar 4200 coronas para la compra de una casa o granero en la cual se depositara el trigo en Casar de Cáceres. De los beneficios del pósito, Don Rodrigo creó un fondo para Casar de Cáceres para repartir en época de carestía y dotar a jóvenes huérfanas.

Estación de autobuses. Denominada coloquialmente como la «patata frita», es una obra realizada por el arquitecto Justo Gracia Rubio. Se trata de una proeza arquitectónica, al conseguir una luz de 34 metros con una lámina de hormigón de no más de 15 centímetros de espesor. El edificio fue homenajeado con un sello conmemorativo en 2006.

Ermita Virgen del Prado. En el espacio natural conocido como La Jara se encuentra el santuario de Ntra. Sra. Virgen del Prado, patrona del pueblo. Es posible que bajo la actual construcción de la ermita, entre los siglos XV-XVII, pudiera haber existido otra más humilde de devoción pagana.

Ermita de Santiago Apóstol. Situada junto a la Vía de la Plata, era lugar de parada y albergue de peregrinos y transeúntes. Construida entre finales del siglo XV y principios del siglo XVII pero tras su deterioro fue reformada en los años 60.

Ermita de los Santos Mártires. Se trata de una pequeña edificación del siglo XVI, remodelada en el siglo XVII.

Ermita de la Soledad. Edificio del siglo XVII y donde destaca la decoración en esgrafiado con motivos vegetales que rodea la parte superior exterior del ábside. En el interior alberga una talla de la Virgen de la Soledad también del siglo XVII.

Ermita San Bartolomé. Ubicada al final de la Calle El Santo responde a una arquitectura popular. En la hornacina del retablo mayor está la imagen de San Bartolomé, obra de 1607 de Tomás de la Huerta.

Ermita de la Encarnación. Data del siglo XVIII, de planta sencilla y con esculturas de madera policromada sobre su retablo.

Ermita de San Benito y San Blas. Se encuentra a 5 km de la localidad, junto al río Almonte. La ermita actual, probablemente del s.XV/XVI es una sencilla construcción de planta de salón que alberga las imágenes de los dos santos. Todo parece indicar que junto a esta ermita, en la actual casa de la cofradía, estaba construida la antigua ermita de Ntra. Sra. del Almonte en cuya construcción se reconoce la huella inconfundible de la arquitectura visigótica. La talla románica en madera que albergaba desapareció y se realizó una nueva talla que hoy está en la ermita de San Benito y San Blas.

Tumbas antropomorfas. Se encuentran en el paraje de La Jara, junto a la ermita de la Virgen del Prado y en la zona del Monte.

PARA AMANTES DE LA NATURALEZA

En los riberos, en el llano y en los campos abiertos, en la dehesa y en los encinares de La Jara, han encontrado su hábitat especies de animales y plantas muy representativas de la península ibérica. Tanto es así que Casar de Cáceres forma parte de la ZEPA Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes, espacio muy importante sobre todo por albergar aves como avutarda, el sisón o el alcaraván.

Riberos del Almonte y el Guadiloba. Los riberos reflejan un bosque de encinas, acebuches y enormes cantiles de pizarra que se inclinan agudamente sobre el lecho del río. La zona ribereña es un buen refugio para algunas aves rapaces como el alimoche, águila real o la cigüeña negra.

Casar de Cáceres, además permite disfrutar de su naturaleza por diferentes rutas de senderismo o en bicicleta entre ellas la Ruta de la Lana y la Ruta Vía de la Plata.

FIESTAS TRADICIONALES

Ronda de Ánimas o Ronda de Reyes. Durante los primeros seis días de enero el mayordomo y diputados de la Cofradía de Ánimas recorren al anochecer el pueblo, rezando y cantando por las ánimas benditas del Purgatorio, manteniendo esta costumbre desde el siglo XVII.

San Blas. El 3 de febrero  se celebra con la bendición de cordones y la ofrenda de roscas, teniendo lugar su tradicional romería el domingo siguiente en la ermita de San Benito y San Blas.

Semana del Privilegio Histórico de Sancho IV. A mediados del mes de febrero se pone en valor, con distintos actos lúdicos y culturales, la historia de Casar de Cáceres.

Los Carnavales. Esta fiesta se conoce en la localidad como el Carnaval de los Bujacos.

Semana Santa. Festividad importante en el calendario anual, con procesiones y vigilias religiosas.

Romería de las Cruces. La romería tiene lugar el Lunes de Pascua en la ermita de la Virgen del Prado, situada en La Jara, a nueve kilómetros del pueblo donde la población casareña disfruta de este día de convivencia en honor a su patrona.

Romería de San Benito. El domingo siguiente al Lunes de Pascua tiene lugar la celebración de la romería de San Benito junto a su ermita.

Fiestas del Ramo. Se celebran el primer domingo del mes de septiembre, coincidiendo, en tiempos atrás, con el fin de las labores agrícolas que era cuando los hombres y mujeres que trabajaban el campo regresaban al pueblo para disfrutar de unos días de descanso y de fiesta. La Cofradía de Ánimas, es quien se encarga de organizar los actos religiosos, centrados en la Mesa del Ramo de Ánimas decorada con ramas de encinas, ofrendas y platos típicos de la cocina casareña, que serán subastados posteriormente. Alrededor de esta fiesta verbenas populares y otro tipo de actividad lúdicas la acompañan.

Romería de la Virgen del Prado. Es la segunda romería dedicada a la patrona, la Virgen del Prado, y se celebra el último domingo del mes de septiembre.

Semana de la Torta del Casar y la Feria Europea del Queso. Durante el puente del Pilar (12 de octubre) se celebra esta semana que pone en valor el singular queso la Torta del Casar con numerosas actividades que buscan fomentar, divulgar y dar a conocer la cultura de este queso. Destaca la  Feria Europea del Queso con muestra de quesos de distintos lugares , la entrega de los galardones de la ‘Torta del Casar’ y la Ruta Trashumante, un popular homenaje a la cultura pastoril.

El Carbote. Como en muchos pueblos extremeños, la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre amigos y familiares se reúnen para asar castañas y disfrutar de un día de campo.

SUS SABORES

Sin duda, la gran estrella de la gastronomía casareña es la mundialmente conocida Torta del Casar, un queso de pasta blanda, elaborado con leche cruda de oveja merina de tronco entrefino, sal y cuajo vegetal. La otra gran protagonista de la gastronomía de Casar de Cáceres es la tenca. Los derivados del cerdo, el buche con berzas, las migas de pastor, la chanfaina o el frite extremeño, además del escabeche, platos tradicionales de Semana Santa, son algunas más de las tradicionales delicias gastronómicas que esconden los fogones casareños.

Es particularmente notable la variedad de dulces típicos, donde sobresalen las rosquillas de alfajor, además de las perrunillas, los roscos blancos, las mantecadas, los bollos mantecados, los roscos de vino o roscos borrachos, la torta borracha y otros más elaborados con leche como leche guisada y frita, sopa de leche y leche con repápalos.